viernes, 11 de noviembre de 2011

Crítica María Rosa Carbajal


¡SOLO! ¿ SOLO ?

Nuremberg es algo más que una ciudad de Alemania. Más que el lugar donde se llevó a caboel proceso después de la Segunda Guerra Mundial  contra los dirigentes y organizaciones nazis y jefes militares alemanes (20 de noviembre de 1945- 1 de octubre de 1946). De los veintidós acusados fueron condenados a muerte : Göring, Ribbentrop,¨Streicher, Frick, Sauckel, Seyss-Inquart, Rosenberg, Kaltenbrunner, Frank, Keitel,  Jodi y Bormann. Seguramente el joven que interpreta Santiago Sanguinetti tenga un poco de sangre de todos estos , en ese cruce de caminos verborrágico que lo asfixia, lo agota, lo pone a la defensiva, se recompone. Expone los hechos por los cuales va a luchar, para conservar un legado. Espera  en una calle hedionda, en un retrete igual, en un cubículo donde trata de no perder la forma para el combate, piensa una y otra vezz en una lejana niñez que le obsequió todos los traumas posibles, todos los horrores entretejidos dentro de una familia militar-alemana-aria-fascista, lo que no es poco. Lo peor es que no le interesa siquiera morir, le interesa matar al enemigo, al distinto, al de otro color, al "incapaz", al que no es su "camarada", aunque éstos hayan ejercido sobre él un acto iniciático repudiable.
Una intensa fuerza dramática que se prolonga durante 50 minutos, donde el espectador aguarda a la par que el protagonista. Escucha al igual que él a Wagner, espera la señal del celular que lo pondrá en movimiento o lo dejarán solo. ¿Solo?. Quizás si, quizás en algún momento su cabeza deje de martillarse las mismas frases, la misma locura, la misma insana intolerancia. Quizás se vaya a reunir con los 12 apósteles del Apocalipsis mencionados arriba. Quien sabe. Quizás su mundo que pasa por su cabeza, fuente inagotable de horrores y errores ceda paso a una paz no conocida. Quizás. Los interrogantes flotan en esa nube negra que no se disipa. Las dudas y los temores se aferran a un futuro sin nombre. Nuremberg es sinónimo de muerte aún hoy, a pesar de los pesares y de los esfuerzos humanos por ser cada vez más "seres" humanos. Santiago Sanguinetti- impecable en este tenso monólogo de su autoría, demostrando una vez más su capacidad de actor y el dominio que tiene de su cuerpo y la claridad de su dicción. El texto es duro, cruel, permitiéndole dejar fluir esa sed de venganza que fluye sola, sin esfuerzo y permanece en su mente y en su gestualidad .
María Dodera , con la capacidad que la caracteriza, realiza un estupendo trabajo, para sacar de este monólogo todo lo que  Sanguinetti puede dar. Donde no está sólo él  sino un elenco de fantasmas que  lo rodean. 

María Rosa Carbajal 

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